Fabien, auxiliar de sala en el museo del Louvre, está a punto de descubrirlo. En una visita a la familia de Mathilde, su nueva novia, se verá forzado a dar su opinión como experto en relación a un cuadro pintado por el abuelo Gustave y que lleva décadas criando moho en un granero; un horrible retrato de un perro con estrabismo. Incapaz de confesar su disgusto y con la firme intención de quedar bien ante sus futuros suegros, el pobre hombre se verá obligado a inventar una manera para exponer la pésima pintura en el museo más famoso del mundo…
Comenzando como una crónica de la vida de pareja en común, El perro bizco se transforma, con mucho humor, en un paseo artístico con la introducción de un personaje central: el museo del Louvre. Fabien deambula por sus salas, en medio de estatuas y pinturas, visitantes habituales y turistas apurados y acompaña al lector a una reflexión sobre el arte y su percepción, así como sobre las razones por las que se puede (o no) colgar una obra en estos "sagrados" lugares.
Etienne Davodeau nos brinda una comedia ágil y regocijante, llena de personajes coloridos, diálogos vivaces y pintorescos encuentros (y desencuentros).